JOSE CARLOS GARCIA RODRIGUEZ: EL INFANTE MALDITO

LA ESCANDALOSA BIOGRAFÍA DEL PRÍNCIPE LUIS FERNANDO DE ORLEANS.

El infante maldito, de José Carlos García Rodríguez (ed. Espasa, 2012) es la biografía de Luis Fernando de Orleans, un personaje desconocido al que se define como “el más depravado príncipe Borbón”.

El autor ha tenido acceso a documentos inéditos para reconstruir la vida de “aquel príncipe de rasgos algo extremados que parecían caricaturizar su viva imagen borbónica, como queriéndonos mostrar una decadente existencia marcada por la insensata voluntad de marchar por un camino siempre en pendiente y con meta final en la ruina y en el abismo”.

El libro reconstruye su vida, desde su nacimiento en 1888 en el seno de una familia a la deriva hasta su fallecimiento en el año 1945 en París, después de pasar sus últimos años malviviendo en la Francia ocupada por los nazis, atreviéndose a denunciar su represión.

“El infante maldito” vivió al límite, considerado por muchos como ejemplo de la “mayor depravación moral”, amante del lujo y los excesos, vivió al margen de convenciones sociales y morales. Repudiado por su propia madre, se emancipó a los 20 años convirtiéndose en un hombre rico al tener acceso a la herencia de su abuelo. Se traslada a París donde es introducido en los peores ambientes de la mano de su padre y de la amante de este. Allí quedará atrapado en “la vanidad y la estética de un grupo social envidiado, que se cobija en la suntuosidad, en la extravagancia y en el derroche sin límites para poder eludir las más desagradables facetas de la existencia humana”.

El relato de su vida resulta patético, tanto en lo relacionado con él como con su familia. De su estancia en París se narran múltiples anécdotas relacionadas con su personalidad despilfarradora, convirtiéndose allí en personaje inexcusable de cualquier celebración de la alta sociedad parisina.

Un episodio truculento relacionado con la muerte de un marinero en extrañas circunstancias durante una de las orgías homosexuales que organizaba provocó su expulsión de París y la retirada del rango de infante y de todos los honores por parte del rey.

Pero no acaban aquí sus andanzas y el libro nos mostrará también los detalles de su escandaloso matrimonio con una noble viuda de 72 años mientras siguen sus excesos y el despilfarro con el sexo, el alcohol y las drogas como “la brújula que va marcando el rumbo de la existencia del príncipe español”.

"El infante maldito" es una historia de miseria moral y decadencia a través de la vida de un príncipe que “pertenecía a la clase de Borbones que no serían mencionados en las historias oficiales de la familia real española”.

Miguel Ángel Gómez Juárez (Me gustan los libros, 29 de abril de 2012)

Artículo del autor del libro, José Carlos García Rodríguez, en el
diario ABC de Madrid (29 de noviembre de 2014)

LUIS FERNANDO DE ORLEANS, EL BORBÓN MALDITO QUE INSPIRÓ A PROUST

Biznieto de Fernando VII, nieto de Isabel II y sobrino de Alfonso XII, el príncipe Luis Fernando paseó su “pequeña majestad” por los salones y tugurios del París de la Belle Epoque, escenario principal de las correrías de este príncipe “maldito” y amigo de Marcel Proust.

Infante de España hasta que en 1924 su primo hermano el rey Alfonso XIII le despojara de tan alta dignidad, Luis Fernando María Zacarías de Orleans y Borbón fue el segundo vástago de los infantes Antonio de Orleans, hijo y heredero de los duques de Montpensier y descendiente directo del rey Luis Felipe de Francia, y de Eulalia de Borbón, hija menor de Isabel II y hermana de Alfonso XII.

Sobre el “más depravado príncipe Borbón” ha escrito una documentada biografía, “la primera”, el escritor sanluqueño José Carlos García Rodríguez. El infante maldito es el título del libro, editado por Espasa y que descubre las muchas excentricidades de un personaje cuya vida fue motivo de escándalo para la familia real española.

El infante Luis Fernando de Orleans
con uniforme de maestrante (1909)

“Homosexual, cocainómano, traficante de drogas,…vivió -dice su biógrafo- como quiso y donde quiso. Gastó más de la cuenta, lo suyo y lo de los demás, e hizo honor a sus apellidos. Era simpático, muy simpático, como su abuela Isabel II, y poco agraciado físicamente”, lo que no fue impedimento para conquistar el corazón y la cartera de algunos de “los y las” mayores fortunas y bellezas de aquellos años.

Transgresor en todas y cada una de las facetas de su existencia, “quiso que el escándalo de su vida saliera a la luz, se conociera. Fue su venganza ante la forma de actuar de su familia, que le repudió y rechazó. Y todo para dañar a su primo el rey Alfonso XIII”, que le retiró títulos y honores después de que se viera implicado en la muerte, en circunstancias turbias, de un joven marinero, motivo por el que fue expulsado de Francia.

Amigo de Cocteau, de la Mistinguette, del maharajá y la maharani de Kapurthala, de la marquesa italiana Luisa Casati, una de las más excéntricas “socialités” del momento, este actor frustrado y experimentado bailarín de tango, y que cobraba por asistir a algunas cenas en el París de las grandes fiestas, “fue el más chistoso y cínico ser” con el que se divirtió la ciudad.

Fue “víctima de las circunstancias y de unos padres cuyo matrimonio nunca funcionó, dedicados a viajar y a sus respectivos amantes”, relata García Rodríguez. “Vivió solo desde muy niño, rechazado por su homosexualidad”, insiste. De la familia real, sólo su tía la infanta Paz le prodigó atención y cariño.

El libro narra las peripecias de su matrimonio con Marie-Charlotte Constance Say, princesa viuda de Broglie, una de las grandes fortunas, “o la más grande”, de la Francia del momento, 32 años mayor que él -cuando se casaron ella tenía 73 años- y que Luis Fernando dejó en la ruina en tan sólo cuatro años de convivencia.

Luis Fernando con su madre la infanta Eulalia de Borbón.

También estuvo en negociaciones, que no fructificaron en un acuerdo económico favorable a sus intereses, con una millonaria y bellísima divorciada estadounidense, antigua actriz en Broadway, Mabelle Gilman, que se quedó con las ganas de ser Alteza Real. Un compromiso alentado por la infanta Eulalia, y que hizo correr ríos de tinta en periódicos como el “New York Times”.

José Carlos García Rodríguez cuenta en este libro cómo Luis Fernando logró burlar la vigilancia de la dictadura franquista y “colarse” en España, desde donde regresó a un París ocupado por los nazis, por los que, como su tía Paz, sentía público y auténtico rechazo.

Pobre y con la única compañía de su amiga la bailarina Raymonde Gitenet, el que fuera infante de España moría el 22 de junio de 1945, con 57 años, en una clínica parisina. Enterrado en la iglesia del Corazón Inmaculado de María de la rue de la Pompe, a sus exequias fúnebres no asistió ningún Orleans Borbón.

Una escueta nota necrológica de EFE, fechada en París, informó de la muerte de este “príncipe de España y biznieto de Luis Felipe”, tío abuelo segundo del rey Juan Carlos.

Carlos Mínguez (Agencia EFE, 14 de abril de 2012)