DISPUESTO EN EL CAJÓN DE SALIDA
(A MODO DE INTRODUCCIÓN)
De nuevo, veinticinco años después, la Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, ahora luciendo el título de Real, ha vuelto a honrarme con el encargo de elaborar un libro conmemorativo de nuestras tradicionales competiciones ecuestres en la playa, en este caso para celebrar su 175 aniversario.
En 1995, con motivo de cumplir 150 años, tuvimos la oportunidad de escribir un primer libro sobre las carreras de caballos de Sanlúcar cuya historia logramos hilvanar a partir de la limitada información a la que por entonces pudimos acceder. No obstante, el resultado de aquel trabajo, galardonado por la Consejería de Comercio, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía con el “Premio Andalucía de Turismo 1995” en su apartado de Periodismo y Trabajos de Investigación, y declarado “Libro de Interés Turístico Nacional” por la Secretaría de Estado de Comercio, Turismo y Pymes del Ministerio de Economía y Hacienda, suponía el primer paso que nos habría de llevar a un mejor conocimiento de los antecedentes, el origen y el devenir de nuestras carreras de caballos. Al cumplirse ahora el 175 aniversario de aquellas primeras carreras públicas celebradas en la playa de Sanlúcar la tarde del domingo 31 de agosto de 1845, sale a la luz esta nueva obra que no es sino una edición revisada, corregida y debidamente actualizada de la publicación precedente.
Aunque siguiendo un discurrir lineal de la historia de las carreras a partir de sus inicios, no he querido que este libro fuese una simple y fría sucesión de datos a modo de cronología. Por las páginas que siguen, el lector encontrará cumplidas referencias a la Sanlúcar veraniega que fue marco del nacimiento de aquellas competiciones ecuestres. Una Sanlúcar cuyo arraigado carácter de centro vacacional se acentuaría durante la época montpensierista hasta eclosionar en la dorada etapa que caracterizó al veraneo sanluqueño durante las primeras décadas del siglo XX y que haría proclamar a Blanco y Negro que “desde Sierra Morena para abajo, nadie ignora que Sanlúcar de Barrameda es el San Sebastián del Mediodía de España”. Eran años de expectativas, de cambios urbanísticos y de futuros que se prometían esperanzadores en una ciudad que recibía forasteros por una estación marítima, por dos estaciones ferroviarias y por dos líneas de autobuses. Una época en que las carreras de caballos, consolidadas como el mayor atractivo del programa de festejos estivales, eran ofrecidas a sanluqueños y veraneantes para ser disfrutadas tanto en la distinguida exclusividad de sus palcos como en el más popular ambiente de la playa.
En los capítulos que siguen, alternando entre datos y referencias históricas, se suceden las semblanzas de quienes hicieron posible las carreras de Sanlúcar, de quienes contribuyeron a su desarrollo y de aquellos que las prestigiaron y las hicieron trascender. Y también de quienes en momentos de complicaciones y de amenazas lucharon por su supervivencia, negándose con rotundidad a cometer el error de eliminar la imagen de mayor tradición del verano sanluqueño y privar a naturales y visitantes del espectáculo de los caballos compitiendo en la arena de la playa. Mucho encierra este libro de homenaje a todos ellos, incluidos, claro está, quienes en los últimos tiempos, al frente de la Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, se han ocupado de gestionar las sucesivas temporadas de carreras, engrandeciéndolas hasta límites jamás imaginados.
Al afrontar esta historia ampliada de nuestras carreras de caballos he contado con el aporte de nuevos documentos, con la facilidad que hoy supone el acceso a diversas hemerotecas históricas digitalizadas y con una información gráfica, en buena parte inédita, que complementa esta obra conmemorativa. El resultado, aunque lejos de pretender ser una definitiva historia de las carreras de caballos en la playa de Sanlúcar, creo honestamente que ayudará a mejor entender el fenómeno de estas competiciones ecuestres que, superando obstáculos y dificultades, han logrado pervivir a lo largo de tantísimo tiempo hasta lograr situarse como las más veteranas carreras de caballos de cuantas se celebran en España.
Concluyo esta introducción con el obligado capítulo de agradecimientos. Por sus facilidades y atenciones he de hacerles llegar mi gratitud a Jesús M. Anguita Duarte, archivero-documentalista de la Fundación González Byass; a Ernesto de Capdevielle Herrero, jefe del Servicio de Preservación y Conservación de la Biblioteca Nacional de España; a Ana Costa Novillo, del Museo de Historia de Madrid; a Inmaculada Zaragoza García, directora de la Hemeroteca Municipal de Madrid; a Asunción Muñoz Montalvo, jefa de servicio del Centro de Documentación Turística del Instituto de Turismo de España (Turespaña); a José Luis Maire, bibliotecario de la Fundación Juan March, y a Lope Fernández, quien con su excelente trabajo de maquetación magnificó el resultado de este libro. Y también a Francisco Lozano Romero, por su amabilidad impagable al hacerme llegar tan magníficas instantáneas de Antonio Palomo González conservadas en su archivo particular; a Nieves García Ortiz, renovándole mi reconocimiento por haber puesto a mi disposición en su día el Archivo Municipal de Sanlúcar de Barrameda, cuando me ocupaba en la elaboración del anterior libro conmemorativo del 150 aniversario; a Fernando Bustillo Delgado, por su aporte fotográfico, y a Juan Carlos Hernández Buzón, jefe de prensa de las carreras, por su permanente disposición a facilitarme datos e informaciones que han sido fundamentales para construir la parte más reciente de la historia de las competiciones ecuestres en la playa sanluqueña.
A Rafael Hidalgo García de Velasco, presidente de la Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, y a Hermenegildo Mergelina Díez, su director-gerente, mi agradecimiento por confiarme la elaboración de esta obra.
Abril-Agosto de 2019